1.2. EL EMIRATO DEPENDIENTE (711-756).
Entre
711 y 756, Al Andalus fue un valiato, esto es, una provincia del
califato de Damasco dirigida por un valí (gobernador). En este
período, Córdoba se convirtió en la capital política de
Al-Andalus. Los aspectos más relevantes de esta primera fase fueron: la continuación
de la expansión hasta el 732 con la derrota en Poitiers, los
primeros enfrentamientos internos entre las principales
facciones de la aristocracia árabe (qaysíes y yemeníes) y los conflictos con
los bereberes(musulmanes pero no árabes) quejosos de la discriminación a
que los sometía la minoría árabe. El malestar bereber, tanto en el norte de
África como en Al-Andalus giraba en torno a dos problemas: los
elevados impuestos y la adjudicación de las peores tierras a los bereberes,
ambos fueron la causa de sucesivas revueltas e inestabilidad.
El
acontecimiento que pone fin al periodo es el cambio político sucedido en el
mundo árabe-musulmán en el 750: la caída de la dinastía de los Omeya en
Damasco y su sustitución por la dinastía de los Abasíes. El único miembro
superviviente de la dinastía derrocada, Abd al-Rahman (Abderramán)
huyó a Al-Aldalus, se adueñó del poder y proclamó un emirato independiente, que
sólo acataba la autoridad religiosa del califa, ahora residente en Bagdad.
¿Cómo
pudo establecer un régimen nuevo recién llegado? ¿De quién obtuvo respaldo Abd
al-Rahman al llegar para ser aceptado? De tres grupos enfrentados con el poder
preexistente: los sirios (llegados para contener las revueltas bereberes) ya
que los Omeyas era una familia siria, de los yemeníes (enfrentado a los
qaysíes) y de parte de los bereberes, un nuevo poder abría esperanzas de cambio
a estos grupos.
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