1.3. EL EMIRATO INDEPENDIENTE (756-929).
Abd
al-Rahman I fundó el
Emirato de Córdoba, independizándose política y administrativamente del
Califato de Damasco, aunque mantuvo con el mismo una
unidad religiosa y cultural. Para consolidar el nuevo Estado andalusí
y afianzar su poder se formó un sólido núcleo de fieles que
ocuparon los cargos públicos, se corrigió la organización administrativa y se reorganizó
la recaudación de impuestos. El aumento de la recaudación permitió, a su
vez, la creación de un ejército mercenario y permanente
compuesto por tropas de todas las etnias más un núcleo de esclavos extranjeros,
este ejército realizó aceifas o expediciones militares de
castigo contra los reinos cristianos del norte.
Pero
este fortalecimiento del Estado islámico se encontró con dos
limitaciones, una militar, la organización centralizada generó
el recelo de los gobernadores militares de los territorios fronterizos (Tugur
). Las revueltas de Zaragoza, Toledo y Mérida en tiempos de Hakam I (796-822)
son la mejor expresión. Por otro lado, los problemas
sociales con la población muladí y mozárabe, por el aumento de la
presión fiscal y el empeoramiento de las relaciones entre cristianos y
musulmanes (acentuación del proceso de islamización).
La inestabilidad política, la
creciente debilidad del poder central y el avance cristiano hicieron necesario
un cambio de rumbo en la historia de Al-Andalus que llegaría con el Califato.
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